jueves, 24 de marzo de 2011

Julia en 10 actos




Acto uno
Julia sólo puede escapar de su realidad después de la medianoche. Todo lo que solía amar se fue sin avisar. El violáceo de su cuarto que la hacía despertar con energía. Los patrones de hilos egipcios que delicadamente sus dedos acariciaban antes de dormir. Las lilias que relucían y reflejaban colores magistrales en su florero Bacarat. El ventanal que dejaba respirar la brisa del mar. Los almohadones estilo ingles que soñaba tener desde la adolescencia. El olor roble de la cómoda después de una ligera llovizna. Ahora todo le parecía frívolo y le sabía a un dulce vació que hacían temblar a sus labios sin autorización. Agotada de ser un zombie, Julia intenta contenerse. Se avienta a la cama y ligeramente el edredón naranja se vuelve en un bermellón húmedo. Le costará 15 minutos levantarse y cambiarse para preparase para el día siguiente. Sin embargo, hoy es una noche de noviembre. De esas donde la luna conspira.
Julia olvidó apagar el celular del trabajo. Este suena en medio de cristales rotos que inhabilitan la mirada de Julia. 
Acto dos
Julia visita la ciudad del sol dos veces al mes. Una ciudad que le trae recuerdos amargos, aun así no puede dejar de quererla. Además, parte de su negocio se encuentra en esa ciudad. 
Es domingo, Julia va vestida con un hermoso vestido azul cielo. En esta ciudad difícilmente las personas se percatan de las muertes caminantes. Se dirige a su café favorito estilo francés. Julia odia el café.
-Hola, ¿cómo estas? No te hice esperar mucho, ¿cierto?- Julia se sienta en un mesa que da a la calle. Ve los carros pasar pide un jugo de naranja y un omelette con chilaquiles.
-No para nada, wow años sin verte. Que bueno que sigues usando esos lentes. Nunca te hubiera reconocido.-Julia se ríe. 
-Si, bueno tu te mantienes igual. Bueno no igual, igual...
-Eso dicen todos.
-Wow veo que estas casado- la mira sorprendido. Julia señala su mano.
-Ah si, esto...
-Perdón, mejor deberíamos hablar de trabajo.
-Si claro....
Acto tres
Nadim esta emocionado. Esta en muchos proyectos y cree que la vida es un regalo. Nadim tiene 21 años y esta a punto de conocer el amor de su vida. Lo dejará escapar como la mayoría de los jóvenes. 
Le gusta una chica en especial, que le recuerda a una pequeña hada. No sabe como invitarla a salir, es más fácil tirarse a las chicas de las fiestas. Aunque tampoco lo hace.  Sin querer los dos han sido requeridos a una fiesta de disfraces. Nadim recuerda perfecto esa noche. Tenía demasiados compromisos, pero logró llegar vestido de pirata. 
Que historia, piensa. Un pirata enamorado de una hada. Ella distraída como siempre iba corriendo por el camino amarillo. Nadim nunca supo a donde iba con tanta prisa.
-Perdón-
-No te preocupes.- Ella se le quedo viendo fijamente. La verdad si le había dolido un poco el golpe.
Se besaron bajo un árbol que dejaba entrever la luz de la luna.
Acto 4.
-Te acuerdas de Sanz... Sanz, te suena el nombre.
-Perdón, me acordé de algo.
-¿Es importante?
-No realmente, si Sanz. Te refieres al profesor Sanz.
-Si ese mero.
-¿Trabaja contigo?
-Así lo es, super emocionante, ¿no? Y pues quiero que seas parte de su equipo.
-Hace mucho que no hablo con él. Hay muchos de nosotros trabajando en el parque, ¿cierto?
-Si hice un llamado muy al inicio del proyecto. De hecho, que extraño que no te hubieras enterado.-Julia saboreaba su fresca naranjada.
-Si extraño...
Acto 5.
-Creo que voy a renunciar.
-¿Qué estas loco?¿Cómo vamos a mantener a nuestro hijo?
-Calma hay un nuevo proyecto y están llamando mucha gente.
-Tú y tus proyectos. Me tienes harta y mientras, ¿quién paga la renta, la colegiatura y demás? A ver respondenme. Si empiezas otra vez perderás todos tus derechos.
-Si tienes razón, esta mejor la cosa así.
Acto 6.
-Bueno el caso es que estas aquí y me da mucho gusto. Como sabrás la empresa tiene muchas áreas. Y creo que te va interesar mucho trabajar con Sanz. ¿Te sigue gustando RH?
-Si, ¿por?
-A perfecto porque van a dan un concierto en nuestras instalaciones. Ellos ya tienen su equipo y todo.... De hecho antes de presentarse con nosotros lo harán en el foro sol. Pero, les agrada las cosas que nosotros hacemos y quieren darnos un poco de libertad. Ahí es donde entras tú.
-Pero, no es un puesto muy alto.-No pudo ocultar la emoción en su rostro.
-Bueno no creas que no hice mi chamba. Vi tu portafolio y lo que has hecho en otros lados. Creo que das el ancho. Eso me recuerda, yo ahorita voy a tomar un avión. Regreso en quince días. Necesito un reporte de todas tus actividades. Ahí Sanz te explicará como funciona todo. Dos reportes al mes, la paga es en dólares y el evento es en seis meses. Sanz se muere por verte, ¿sabes?
-Es en serio.
-Si claro, te acuerdas de como lo admirábamos en la universidad.
-Claro y ahora vete... 
-Tu fuiste quien me dijo que debería sacar el mundo hada de mi cabeza.-los dos reían.
-Si pero de que manera, impre----
-Mommy, mommy!!- Julia voltea sorprendida. Dos niñas idénticas entran gritando a la cafetería. Él jamás imagino a Julia como madre.
-¿Qué les he dicho de hablar en ingles cuando estamos aquí?
-Perdón.-Una de ellas mira fijamente a Nadim.
-Ay hija, pensé que no había problema en dejartelas aquí.
-Mamá te acuerdas de Nadim.
-Claro que sí.-La mamá de Julia lo saluda. Él se encuentra más que sorprendido.
-Ya me voy.
-Te cuidas, nos vemos en quince ma.-Su madre desaparece.- Oye, me cuidas a las niñas unos minutos, voy al tocador.
-Si no hay problema.
Acto 7
Julia no aguanta más. Su mascara de felicidad se desvanece sin pedir permiso. Respira profundo mientras se enjuaga la cara. El espejo no miente.
Acto 8.
-Su padre, ¿dónde esta?
-Esta en el cielo.- la cara de Nadim cambia radicalmente. 
-Mommy says that he is an angel.
Acto 9.
A Julia nunca le gustaron los hospitales. Fríos, olor a una muerte viviente carcomida desde las entrañas. Y ahí estaba, viendo como el ser que más amaba del mundo se despedía lentamente de ella. En una cama que no era suya. En un lugar que no les pertenecía. Unos labios que ya no respondían. Un cuerpo transparente que mataba su alma. Con valor salió del cuarto, con lo poco que le quedaba.
-Niñas vengan.
-Yes, mommy?
-Dios me habló y quiere que su papá sea un ángel. Para así protegerlas mejor.
Julia abrazo a sus dos niñas y dejo que su cuerpo llorará por dentro.
Acto 10
Julia se talla los ojos. Saca un labial Chanel bermellón y dibuja una sonrisa en su rostro.
-Bueno Nadim, así quedamos. Te recomendaría ir al parque para que te des una idea.
-Si, eso pensaba hacer con mi hijo.
-Perfecto, huyo que si no, no alcanzamos el avión.
Nadim abraza a Julia como aquella noche de septiembre. Julia sonríe. 
-Nos vemos en dos semanas.
-Nos vemos.
Nadim observa los restos del cafe. En la calle Julia y las niñas desaparecen en un carro de lujo. El chofer le sonríe. Nadim se quita su anillo mientras se va del lugar.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Recuerdos de un tiempo no tan lejano.


Los conocí hace tiempo. Eran a mi parecer cuatro los miembros originales, quizá con los años fueron más. Se decían ser lémures. Yo llegue por accidente o quizá no. 
A mi padre lo habían secuestrado o eso era lo que yo me inventaba en la cabeza cada vez que alguien me preguntaba sobre su paradero. Era mejor así. Aunque ahora que lo pienso debí conocerlos después. Mi padre en todos modos nunca está, pocos recuerdos tengo sobre él. Debí conocerlos después de que secuestraron a P. Lo busque por todo el verano del 2005, nunca pidieron recompensa los malditos. Malditos bastardos. Mi madre años después me diría que P ya estaba bien y que me cuidaba desde otro plano. Quizá ya lo sabía, hace tiempo que los ojos no se me rompen. 
Ellos ya no existen o bueno ya no publican gratuitamente. Me gustaba leerlos, adivinar quien era quien. Nunca firmaban. A pesar de tener seudónimos. Me gustaba su estructura y la manera que veían al mundo. Cuando los conocí, yo sólo leía a Aridjis, Neruda y Sor Juana en español y a Yeats y T.S. Elliot en ingles. Al menos eran los que me gustaban o me sentía especial porque casi nadie leía poesía en mi escuela. 
En la prepa había un grupo de “poetas”, sólo una chica valía la pena. Cuando se enteraron que escribía me convocaron. Uno de tantos proyectos que se pierden en la pubertad. El novio de la chica tampoco escribía mal. El problema era que el grupo no tenía un propósito. No tenía visión, ni nada, nos faltaba sustancia, esencia. Ni siquiera recuerdo el nombre, creo que en un inicio todo debía girar alrededor del desamor. Patético, es lo único que me queda decir. Yo odiaba las rimas, propia de mi generación odiar las reglas sin conocerlas. Admito mi estupidez. Sigo sin conocer a la perfección las reglas de la poesía. Según me fui a enterar después, escribo con intuición y sensibilidad. Pero, desde el fracaso de la prepa no he vuelto a integrarme a ningún grupo. Los poetas aman los grupos. 
Todo inicio por un golpe virtual, la novedosa forma de publicar en internet, hizo que miles de ególatras publicaran. Yo al igual que todos mis amigos de alrededor de 17 años abrimos una cuenta y publicábamos conversaciones caprichosas, chistes locales y quejas sobre la escuela. La prepa se acabó, la mayoría entraron a universidad y su cuenta se convirtió en declaraciones amorosas con poemas cursis o criticas respecto a su carrera. Deje leerlos. 
Yo no entré a la universidad. Y mi cuenta fue evolucionando. Escribía sobre lo ridiculo que era el mundo de las señoras de treinta. No conocía muchas feministas por aquel entonces, intuía que se hubieran molestado más que yo al ver la situación. Me burlaba de ellas y la gente me empezó a leer. También tenía un seudónimo. No ocultaba mi edad. 
Ellos me encontraron y acabamos descubriendo que estábamos en la misma Universidad. Si, al final entre a la universidad. Quería tener amigos. Creo que ellos de alguna manera ya sabían más de mi. No lo podría asegurar. Nunca me invitaron a su grupo. Simplemente me integraron en sus historias. Ahí estaba yo, como un personaje ficticio o como una musa. Entonces otra evolución. Recordé los poemas que escribía cuando tenia 13 y como los profesores me miraban con sospecha. Ellos hablaban de mujeres, pero ni una era un lemur. Ahí conocí a la primera asesina de mi vida. Ella todavía escribe, pero no diario. Al igual que yo. 
Nos comunicábamos de esa manera extraordinaria de símbolos binarios electrificados. Ellos no eran del DF, pero se estaban adaptando. Ahora los escritos no se empolvan, quedan a disponibilidad de un viajero sin rumbo. Letras olvidadas en un espacio inexistente. Ellos eran mis amigos imaginarios y yo una musa que les recordaba a un amor pasado.
 Las pocas palabras que cruce fue con la asesina, una musa asesina que por lo que entendí vivía ahora en España. Desde que mataron a su hermana. Desde que volcó su energía al baile y a la actuación.  Me comía sus historias ferozmente. Me llenó más de la cuenta. A todos los conocía por foto, en redes sociales que sin dejar de existir, decidí dejarlas morir en el olvido. ¿Qué será de ellos?
Tienen un bar en el centro o trabajan ahí o lo frecuentan o quizá sólo era una pista en mi mente. Siempre me ha dado la curiosidad de ir. Verlos en persona. Seguro no me reconocerían. El grupo según entiendo ya no existe. Tenían mi edad y estudiaron en el mismo periodo que yo lo hice. Diferentes facultades. Estarán buscando una leyenda perdida. O al final dejaron las letras por la música. Creo que tenían un grupo de rock o algo así. Lo que es seguro es que me fomentaron el escribir, a comunicarme con historias imposibles. A no temerle al mundo y seguir escribiendo sin rimas sin sentido. Algún día iré en su búsqueda e intentaré publicarlos en un lugar más adecuado. Más mío por así decirlo. 
De vez en cuando salgo en las noches y siento la ligera presencia de lémures navegantes.