domingo, 3 de octubre de 2010

Musas

Un día despiertas sin tu musa preferida. Cuando más la necesitas se ha fugado, desapareció en el momento en el que te enamoraste de la sonrisa del chico distraído de la calle de ayer. Las musas son un tanto celosas al parecer, no le gusta compartir inspiraciones ajenas. 
Mi musa preferida se desvaneció más rápido de lo imaginado, no fue como Beatriz, no se si pueda alimentar a una musa toda la vida. He tenido musas por años, por meses...
Es verdad mis musas duran más que los instantes que paso con el verdadero ser. De hecho entre menos se del real, mi musa más se engrandece. Idealizaciones catastróficas que llevan a la dulce destrucción del espíritu melifluo. 
Veras te voy a explicar un poco de las musas o al menos de las mías. 
  1. Son complejas porque si bien no les gusta la compañía de otras musas, ni la competencia con los simples mortales, tampoco les gusta verse reflejadas en el mortal donde nacieron. 
  2. Les gusta ser la máxima idealización del simple mortal de donde surgieron más no ser el mortal. 
  3. Inspiran historias imposibles, pasionales, tiernas, románticas, lo que sea que alimente esa idealización del ser mortal que nunca va a estar a tu a lado. 
  4. Son tramposas y un poco egoístas. No les gusta que te enamores del verdadero, en el fondo saben que no pueden competir. 
  5. Ellas no pertenecen al mundo de lo humano, son idílicas, del mundo de lo imaginario. 
Por lo tanto he de afirmar que las musas nos llenan de felicidad vacía pero hay veces que se equivocan. Demasiado...
Un día despiertas y te das cuenta que las musas aman que otros contemplen las creaciones derivadas de ellas más no que por ello el ser en interés realmente haga algo al respecto. Y si por alguna misteriosa razón el susodicho decide dar un paso, la musa se enoja tanto que se va. Quieren demostrarte que ese ser sólo te quería por ella y no por ti. Muchas veces tienen razón. Quizá la mayoría...
Pocas veces surgen grandes historias de amor donde ellas no estén involucradas, donde la inspiración provenga del ser mortal nada idílico, nada especial o quizá demasiado extraordinario. 
Yo aprovecho a mi musa preferida del momento cuando aparece, para poder concretar ideas profanas en simples lineas que llenan el alma. 
Hoy me di cuenta que mi musa se fue y no se si quiero convertir tu mirada cansada en algo celestial. Tengo miedo en que te conviertas en una musa, creí que teníamos algo especial. 
Algo especial...
Platicas a medianoche que no llevan a nada.
Miradas que se cruzan en el vacío insignificante.
Un inicio indefinido que carcome mis entrañas.
Risas esporádicas compartidas por extraños seres diurnos.
Mensajes instantáneos que no conllevan doble significado.

Una musa imposible a punto de nacer y no quiero...
No te vayas, este sentimiento sólo tú lo puedes ofrecer. 
Quiero gritar.
Una vez más.

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